Finanzas

¿Cómo afecta a mis finanzas ser prestamista o garante?

¿Cómo afecta a mis finanzas ser prestamista o garante?
  • Publicadofebrero 1, 2025

En ambas situaciones, corres el riesgo de perder tanto la amistad como el dinero

 

Antes de continuar con los aspectos técnicos de la organización financiera y la construcción de riqueza, quiero hacer una pausa para hablar sobre dos situaciones que pueden perjudicar tanto nuestras finanzas como nuestro bienestar emocional: prestar dinero y ser garante.

 

He tenido experiencias personales en ambas situaciones que me han llevado a decidir no prestar dinero a amigos o familiares ni servir como garante, especialmente en préstamos bancarios. Aunque, como en todo, hay excepciones y, tras reflexionar, a veces decido acceder.

 

Todos tenemos amigos y familiares que, en algún momento, pueden necesitar nuestro apoyo para alcanzar sus metas financieras o resolver algún problema. Esto es una vía de doble sentido: también podemos necesitar esos mismos favores en el futuro. Soy plenamente consciente de ello.

 

Es por esta razón que el texto de hoy se centra en recordarte los riesgos que estas acciones pueden representar para tus finanzas. Lo primero que debes saber es que, cuando actúas como garante o codeudor, también te conviertes en responsable de la deuda, aunque hayas accedido de buena fe o por un favor.

 

Hace unos años, viví esta realidad de cerca. Tuve que asumir la responsabilidad del pago de una deuda que no “era mía”, pero era codeudora. Al ver que mi crédito se estaba viendo afectado, tuve que utilizar prácticamente todos mis ahorros para saldarla (era un préstamo de vehículo). Esto no solo afectó mi relación con el deudor principal, sino que también me dejó sin los ahorros que tenía destinados para una meta específica.

 

Como puedes ver, ser garante conlleva riesgos significativos. Si la persona avalada (el deudor) no cumple con los pagos, tú, como garante, serás legalmente responsable de pagar la deuda en su totalidad, incluidos intereses y posibles penalizaciones (mi caso). Además, esto puede impactar negativamente tu historial crediticio, lo que podría dificultar la obtención de futuros préstamos.

 

Este tipo de situaciones también puede deteriorar relaciones personales y ocasionar dificultades financieras. Imagina que tu capacidad de pago no te permite asumir la deuda y el deudor tampoco puede pagarla; esto podría llevar al riesgo de embargo y enfrentar acciones legales.

 

El principal problema de ser garante es que no tienes control sobre cómo el deudor maneja el préstamo ni sobre su capacidad futura para pagarlo. Estás asumiendo un riesgo basado en su situación financiera actual, que podría cambiar en cualquier momento.

 

En cuanto a prestar dinero, también existen riesgos que pueden comprometer tu estabilidad financiera. El primero es el incumplimiento de pago; existe la posibilidad de que la persona a quien prestas dinero no pueda o no quiera devolverlo en el plazo acordado, lo que podría resultar en la pérdida parcial o total del monto prestado.

 

Asimismo, prestar dinero puede llevar al deterioro de relaciones personales, falta de documentación legal y la pérdida de oportunidades de inversión.

 

En ambos casos, ya sea al prestar o servir como garante, el aspecto emocional puede ser el más afectado, ya que siempre queremos apoyar a nuestros seres queridos para que alcancen sus metas y ser parte de su crecimiento.

 

Sin embargo, por algo se dice que no se debe mezclar el dinero con la familia o la amistad. Los problemas financieros pueden afectar profundamente las relaciones, y para mí, ese es el principal riesgo a considerar antes de aceptar cualquiera de estas opciones.

 

Antes de prestar dinero o servir como garante, pregúntate si estarías dispuesto a asumir esa deuda y enfrentar las consecuencias. Es crucial que tengas esto claro, ya que las personas pueden atravesar situaciones difíciles, como un despido o una enfermedad.

 

Si no te sientes 100% segura pero deseas ayudar, puedes formalizar el préstamo con un contrato. Es importante que evalúes la capacidad de pago de la persona a quien le prestarás o servirás de garante, y considera si estás dispuesta a asumir el riesgo de perder el dinero prestado o el compromiso de pagarlo.

 

Ten siempre presente que prestar dinero a amigos o familiares puede tensar las relaciones si surgen problemas en el reembolso, lo que podría causar conflictos, resentimientos y daño emocional.

 

No te estoy diciendo que no sirvas de garante ni que no prestes dinero, ya que también podrías verte en la misma situación. Lo que siempre debes tener en cuenta son los riesgos y evaluar si estás dispuesto a asumirlos. Esto te dará claridad y te facilitará la toma de decisiones.

 

 

 

Written By
Danielis Fermín

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